Todo comenzó en el transcurso de
una conversación con un farmacéutico.
“Verás...tengo intención de
renovar ciertas cosas, de mejorar otras..., pero creo que mis muebles están
bien...”
Y yo no podía estar más de acuerdo. Realmente existía un
problema de fondo: no había unidad espacial; su Farmacia no era “apetecible”;
el desorden había ido creciendo y aquello parecía la jungla; la organización de
los productos brillaba por su ausencia; la iluminación era ineficaz..... Pero
no hacía falta invertir en una cambio total de mobiliario. Y tampoco se lo
podía permitir.
Así que, ¡soluciones de guerrilla!
La reutilización o el reciclaje
del mobiliario existente permite, entre otras cosas, ampliar lineales en altura
mediante carteles retroiluminados para señalizar las familias o categorías de
productos, -guardando “temporalmente” los queridos albarelos-, reorganizar
estratégicamente las áreas reconduciendo circulaciones y flujos; ordenar;
rematar...en fin, búsqueda de grandes soluciones con un presupuesto ajustado.
Por lo tanto, ¡Imaginación al
poder!, un profesional del diseño, un buen ebanista, y un tono de lacado ante
el que sólo se pueda decir: ¡qué elegante!, y listo.
Las ventajas de reciclar los
muebles son muchas:
- Se aporta al público una
positiva (y necesaria) sensación de dinamismo de la OF con presupuesto
ajustado.
- Es una solución barata, que
alarga unos años la necesidad de “reforma profunda”.
- Es ecológica y respetuosa con el
medio ambiente, y podremos presumir de ello (la OF no sólo debe ser un
referente, sino liderar los procesos relacionados con este aspecto)
-Consigue unificar un espacio, a
veces deteriorado por adquisiciones de muebles de tipología diversa o en
distintas épocas.
Si con ello conseguimos aportar
mejoras y hacer más suculento el pastel que ofrecemos al cliente, Adelante!
