jueves, 8 de agosto de 2013

miércoles, 15 de mayo de 2013

¡ Es el equipo, estúpido ! (II)



Si bien hace un tiempo dimos unas pinceladas sobre la importancias de Fidelizar al empleado/colaborador (ver artículo), es obligado profundizar en un tema tan importante como es el Plan de Incentivos dentro de la Farmacia.

Este plan procede necesariamente de una previa reflexión global sobre "hacia dónde nos dirigimos", y la posterior determinación de llevar a cabo las mejoras necesarias para alcanzar ese objetivo.

Una vez tomada esa decisión...para mejorar el servicio, aumentar el prestigio profesional, y por supuesto aumentar rendimientos y beneficios (y otras motivaciones igualmente válidas), surge la gran pregunta: ¿esta aventura la tengo que hacer en solitario o con el equipo?

Si eliges la primera opción, no es necesario que sigas leyendo. Evidentemente, necesitas a tu gente, igual que ellos te necesitan a ti. Pero para comenzar necesitas incentivarlos.

Vamos por partes, un elefante sólo se puede comer a rodajas. lo primero que se debe hacer es planificar y definir el plan de incentivos. puedes hacerlo tú mismo o, más recomendable, encargar que te hagan uno a medida.

Dicho plan debe comenzar por un capítulo 0 en el que se trate el estado actual de la cuestión. Para ello es necesario la participación activa de los colaboradores. Además de ser una herramienta muy efectiva para motivar y fidelizar te sorprenderán positivamente sus aportaciones.

La motivación no monetaria, como en un post anterior se explicó, es efectiva, pero es bueno guardar equilibrio.

Del primer tipo ya se han dado algunas ideas, pero hay infinitas posibilidades: inscripciones en centros deportivos, tiempo libre remunerado, vales de regalo o donaciones a organizaciones benéficas.

En cuanto a lo que se refiere a la motivación monetaria, se deben guardar estrictamente varios conceptos:


- Que el plan sea sencillo, transparente y comprensible.
- Que sea justo y que premie resultados objetivos.
- Que, por supuesto, se ajuste estrictamente a unos plazos previamente establecidos.
- Que nunca manipule el sueldo acordado
- Buscar la fórmula fiscal para que la afección sobre impuestos sea la mínima posible, previamente fijada.
- Que el plan sea dinámico, de forma que los premios obtenidos no se conviertan en un derecho
- Que incentive el grupo por encima de las individualidades, con los matices necesarios


A partir de la puesta en marcha, las futuras ampliaciones del plan se sufragarán con los beneficios obtenidos de la buena marcha de nuestra farmacia.


Sólo una cosa más. Cumple el plan.


Si quieres leer la primera parte del artículo, pincha aquí

miércoles, 8 de mayo de 2013

¡Es el equipo, estúpido! (I)


No, no se trata aquí de faltar al respeto a nadie.

Esta expresión, originariamente "The economy, stupid!" se hizo famosa en el año 92, en la campaña de Bill Clinton contra Bush (padre), para hacerle ver que los temas sobre los que tenía que trabajar eran aquellos relacionados con las necesidades de los ciudadanos. Esto le hizo ganar las elecciones.

Haciendo un paralelismo con ella, se intenta aquí explicar y potenciar la importancia del equipo, cosa de la que, demasiados pocos farmacéuticos titulares son REALMENTE conscientes. No conscientes de "boquilla", sino de forma activa.

En un post anterior hemos iniciado algunas ideas sobre cómo el equipo, el capital humano, es el corazón/motor del funcionamiento de nuestra OF. Todavía hoy hay quien se lo plantea.

Antes de que el Cliente entre por la puerta, está el Equipo.

La importancia del trabajo en equipo


Y esto se explica de una manera muy básica. Si en una Farmacia radiante, "high design", con un surtido excepcional, impecable gestión por categorías, comunicación atractiva y sugerente, etc... me atiende una persona de mal café o con el ceño fruncido, sin medio arreglar -por no decir con mal aspecto-, y me recibe con un seco "Dime", probablemente no vuelva por allí.

Si el equipo no está motivado, no atenderá con todos sus sentidos puestos en la atención al público, lo que se traducirá en una deficiente calidad del servicio, menores ventas, menor rendimiento, menor fidelización de los clientes, etc.

Nuestra sociedad cada vez es más exigente. Quiere profesionales de verdad. Quiere jamón, jamón. Al mínimo error o desatención, pasarán a la competencia. Esta idea no se nos puede quitar de la cabeza.

Pero sólo una pequeña parte de la responsabilidad de esto es de los colaboradores. La piedra angular del equipo no es otra que el jefe, el director, el Titular de la Farmacia. Si la orquesta no tiene un buen director, a buen seguro que acabaremos por desafinar, y esto no será del agrado del público que acudió a escuchar lo bien que interpretamos.

En muchas farmacias, quizás en demasiadas, el director no dirige. El director es una figura que está en todos sitios y en ninguno. Ante esto, tenemos dos opciones: una, tomar el camino del orden y comenzar a hacer lo que tenemos que hacer; y dos, arrepentirnos de no haberlo hecho.

En esta serie de posts seguiremos hablando de educación, coordinación, incentivos, formación, y ambiente de trabajo, e intentaremos desmontar razonadamente algunas teorías recientes sobre cómo se debe seleccionar, tratar, cuidar y motivar nuestros equipos. 

martes, 23 de abril de 2013

¡Es un secreto!


A veces los cuentos infantiles nos hacen reflexionar sobre nuestro comportamiento cotidiano: Qué eficaces seríamos si para ir de un lugar a otro tomáramos simplemente la línea recta!

El otro día se me encendió una bombilla mientras leía un cuento a mis hijos, y no puedo resistirme a compartir esto. Se trata de un cuento de Epi y Blas, que se llama "Es un secreto". Vereis:

Blas tiene una colección de chapas. Epi le pregunta que cuantas tiene y él no le sabe responder. Después de insistir mucho, Blas acaba revelando a su amigo su gran secreto: ¡no sabe contar!...pero no se puede enterar nadie, ¡ya que le da mucha vergüenza que se sepa!

A lo largo del cuento, en un descuido, Epi acaba desvelando a otros el secreto de Blas, y los dos acaban sintiéndose muy mal, sobre todo Blas. Pero Epi busca ayuda rápidamente, consigue que un amigo convenza a Blas de que contar es muy sencillo, y en poco tiempo acaba aprendiendo. Por fin es cómo los demás (sabe contar) y por fín sabe cuántas chapas tiene. Fin. Todo resuelto!

Pues bien, esta lección infantil sirve para explicar dos asuntos importantes:

- El primero, todos tenemos carencias de formación, y a veces puede que nos dé vergüenza reconocerlo. Pero, para ser más competentes debemos resolverlas.

Si sé hacia dónde me dirijo o pretendo dirigirme (primer paso), tendré claro cómo lo puedo resolver, dónde, en cuánto tiempo y con qué presupuesto y medios. Teniendo claro que la inversión serán en dinero, pero también en tiempo.

Es decir, desde la OF, ¿quiero ser líder en ortopedia -por ejemplo- en mi ciudad?. Pues adelante. ¿Qué necesito aprender yo;....qué necesito que aprenda mi equipo? ¿Máster, jornadas o curso?¿Full-time o Executive?

Hoy en día existe una gran oferta formativa para reciclarse, Universidades, Colegios profesionales, otras entidades....y en además, en esta "Sociedad de la información" en la que vivimos, existen gran cantidad de datos para saber dónde ir y dónde no.

- Y el segundo asunto, hacerlo de manera eficiente. Comenzar hoy, ahora. Sólo el hecho de disponerse a resolver algo ya supone haber recorrido una parte importante del camino. Una vez hecho esto, veremos que las cosas no son tan difíciles como parecían.  Podemos pasar meses "mareando la perdiz" sobre cosas que se podrían haber resuelto....en esos meses que ya han pasado.

¡Pongámonos el mundo por montera y busquemos soluciones que nos hagan más competentes! . Pero no se lo conteis a nadie, que es un secreto.

viernes, 1 de febrero de 2013

La construcción de una marca

En demasiadas ocasiones me llama la atención lo poco que se trabaja desde la OF para construir la marca propia -en general-.

Muchas de ellas están convertidas en auténticas embajadoras de determinados laboratorios, lo cual está muy bien si es lo que se desea; el problema es que ello se hace de manera improvisada, inconsciente, desordenada...y por supuesto gratuita.

Que traen el cartelón gigante de fulano, o el oso naranja de mengano, pues...ponlo ahí, que se vea bien, sin orden ni concierto...Algunas Farmacias acaban convertidas en pequeños bazares, y esto hay que evitarlo.

El criterio para salir de este atolladero es bien sencillo: Simplificar. Mejor un mensaje que se entienda y se pueda asimilar con rapidez por el cliente; que cinco, todos a la vez y tapándose unos a otros.

Y lo más importante, dejar claro que lo que defiendo con uñas y dientes es mi marca, mi trabajo, mi profesionalidad -a través del consejo farmacéutico-, aquello que como profesional de la salud me diferencia de otros, que hasta pueden vender productos similares.

Lo mismo ocurre con los Servicios profesionales que se prestan (servicios dietéticos, dermatológicos, etc...), que trataremos más en profundidad. Simplemente pregúntate ¿con  este esfuerzo que estoy haciendo, está creciendo mi marca o la de los demás?

¿Y esto es importante?...Pues si. El branding, como lo llaman los super-entendidos en la materia, no sólo es importante, sino que es el camino para aportar valor a aquello por lo que trabajo y lucho, mi marca, mi Farmacia. 
Como si de un ejercicio de origami o papiroflexia se tratara, da los pasos certeros que necesites para llegar a TU objetivo. No trabajes tanto para otros sin antes revisar que al menos, vais en paralelo.