miércoles, 15 de mayo de 2013

¡ Es el equipo, estúpido ! (II)



Si bien hace un tiempo dimos unas pinceladas sobre la importancias de Fidelizar al empleado/colaborador (ver artículo), es obligado profundizar en un tema tan importante como es el Plan de Incentivos dentro de la Farmacia.

Este plan procede necesariamente de una previa reflexión global sobre "hacia dónde nos dirigimos", y la posterior determinación de llevar a cabo las mejoras necesarias para alcanzar ese objetivo.

Una vez tomada esa decisión...para mejorar el servicio, aumentar el prestigio profesional, y por supuesto aumentar rendimientos y beneficios (y otras motivaciones igualmente válidas), surge la gran pregunta: ¿esta aventura la tengo que hacer en solitario o con el equipo?

Si eliges la primera opción, no es necesario que sigas leyendo. Evidentemente, necesitas a tu gente, igual que ellos te necesitan a ti. Pero para comenzar necesitas incentivarlos.

Vamos por partes, un elefante sólo se puede comer a rodajas. lo primero que se debe hacer es planificar y definir el plan de incentivos. puedes hacerlo tú mismo o, más recomendable, encargar que te hagan uno a medida.

Dicho plan debe comenzar por un capítulo 0 en el que se trate el estado actual de la cuestión. Para ello es necesario la participación activa de los colaboradores. Además de ser una herramienta muy efectiva para motivar y fidelizar te sorprenderán positivamente sus aportaciones.

La motivación no monetaria, como en un post anterior se explicó, es efectiva, pero es bueno guardar equilibrio.

Del primer tipo ya se han dado algunas ideas, pero hay infinitas posibilidades: inscripciones en centros deportivos, tiempo libre remunerado, vales de regalo o donaciones a organizaciones benéficas.

En cuanto a lo que se refiere a la motivación monetaria, se deben guardar estrictamente varios conceptos:


- Que el plan sea sencillo, transparente y comprensible.
- Que sea justo y que premie resultados objetivos.
- Que, por supuesto, se ajuste estrictamente a unos plazos previamente establecidos.
- Que nunca manipule el sueldo acordado
- Buscar la fórmula fiscal para que la afección sobre impuestos sea la mínima posible, previamente fijada.
- Que el plan sea dinámico, de forma que los premios obtenidos no se conviertan en un derecho
- Que incentive el grupo por encima de las individualidades, con los matices necesarios


A partir de la puesta en marcha, las futuras ampliaciones del plan se sufragarán con los beneficios obtenidos de la buena marcha de nuestra farmacia.


Sólo una cosa más. Cumple el plan.


Si quieres leer la primera parte del artículo, pincha aquí

miércoles, 8 de mayo de 2013

¡Es el equipo, estúpido! (I)


No, no se trata aquí de faltar al respeto a nadie.

Esta expresión, originariamente "The economy, stupid!" se hizo famosa en el año 92, en la campaña de Bill Clinton contra Bush (padre), para hacerle ver que los temas sobre los que tenía que trabajar eran aquellos relacionados con las necesidades de los ciudadanos. Esto le hizo ganar las elecciones.

Haciendo un paralelismo con ella, se intenta aquí explicar y potenciar la importancia del equipo, cosa de la que, demasiados pocos farmacéuticos titulares son REALMENTE conscientes. No conscientes de "boquilla", sino de forma activa.

En un post anterior hemos iniciado algunas ideas sobre cómo el equipo, el capital humano, es el corazón/motor del funcionamiento de nuestra OF. Todavía hoy hay quien se lo plantea.

Antes de que el Cliente entre por la puerta, está el Equipo.

La importancia del trabajo en equipo


Y esto se explica de una manera muy básica. Si en una Farmacia radiante, "high design", con un surtido excepcional, impecable gestión por categorías, comunicación atractiva y sugerente, etc... me atiende una persona de mal café o con el ceño fruncido, sin medio arreglar -por no decir con mal aspecto-, y me recibe con un seco "Dime", probablemente no vuelva por allí.

Si el equipo no está motivado, no atenderá con todos sus sentidos puestos en la atención al público, lo que se traducirá en una deficiente calidad del servicio, menores ventas, menor rendimiento, menor fidelización de los clientes, etc.

Nuestra sociedad cada vez es más exigente. Quiere profesionales de verdad. Quiere jamón, jamón. Al mínimo error o desatención, pasarán a la competencia. Esta idea no se nos puede quitar de la cabeza.

Pero sólo una pequeña parte de la responsabilidad de esto es de los colaboradores. La piedra angular del equipo no es otra que el jefe, el director, el Titular de la Farmacia. Si la orquesta no tiene un buen director, a buen seguro que acabaremos por desafinar, y esto no será del agrado del público que acudió a escuchar lo bien que interpretamos.

En muchas farmacias, quizás en demasiadas, el director no dirige. El director es una figura que está en todos sitios y en ninguno. Ante esto, tenemos dos opciones: una, tomar el camino del orden y comenzar a hacer lo que tenemos que hacer; y dos, arrepentirnos de no haberlo hecho.

En esta serie de posts seguiremos hablando de educación, coordinación, incentivos, formación, y ambiente de trabajo, e intentaremos desmontar razonadamente algunas teorías recientes sobre cómo se debe seleccionar, tratar, cuidar y motivar nuestros equipos.